En una gestión médica pionera en la provincia, el equipo de dermatólogos del Hospital de Castro marcó un hito en su especialidad proporcionando por primera vez terapia biológica para combatir los efectos más nocivos de la dermatitis atópica severa, enfermedad crónica a la piel que constituye al menos un 20% de los motivos de consulta en el Policlínico de Dermatología del recinto base de Chiloé.
De acuerdo a lo que consigna la dermatóloga del Hospital de Castro, Dra. Elsa Pardo, la dermatitis atópica “es una dermatosis inflamatoria crónica recurrente, que se caracteriza principalmente por presentar mucho prurito (picazón). Está presente desde la infancia, pero puede afectar también a las personas adultas y adultas mayores. Dentro de los factores de riesgo están los antecedentes familiares y personales de atopias, ya sean rinitis, alergias alimentarias o asma. Además de eso, existe un factor de riesgo que son las mutaciones del gen de la filagrina, que juega un papel importante desde el punto de vista genético, ya que éste se encarga de mantener las condiciones apropiadas de la barrera cutánea. Si existen alteraciones en la barrera cutánea, por tanto, exacerba las lesiones en la piel”, indicó la especialista.
La patología dermatológica, que tiene una prevalencia de al menos 1% a nivel nacional, genera una considerable afectación en la calidad de vida de los pacientes, quienes producto del prurito, la resequedad y heridas en la piel, no sólo ostentan daños físicos, sino que también ven impactado sus ciclos del sueño, genera irritabilidad y condiciona la salud mental de quienes lo padecen, así como en sus familias.
En el recinto hospitalario base de Chiloé, los primeros usuarios en ser abordados a través de la inmunoterapia fueron Manuel(20) y Noelia (17), ambos pacientes originarios de Castro con diagnóstico de dermatitis atópica severa desde la infancia, así como enfermedades asociadas tales como alergias alimentarias y asma. Además de estas similitudes, tanto Noelia como Manuel vieron agravados sus padecimientos durante la adolescencia, así como también sus padres agotaron las instancias médicas de especialidad a lo largo del país buscando una resolución a la enfermedad, situación que persistió hasta el año 2023 sin éxito.
“Manuel empezó con una dermatitis atópica muy bajita, a los 3 o 4 años era alérgico al plátano, a la naranja, al coco, cosas cítricas y colorantes. Con el transcurso del tiempo se trató en el Hospital con el Dr. López, que antes era uno de los dermatólogos de la ciudad, e iba bien, era algo moderado, no era algo tan grave en sí. Pero después con el tiempo yo tuve una separación, mi hijito tenía como 7 u 8 años y empezó a picarle la piel, todo el cuerpo. Era algo devastador porque no hallábamos con qué pasarle, tomaba muchos medicamentos, pasó por todos los antialérgicos posibles”, comenta Luz Paillaleve, madre de Manuel.
Con el paso de los años, los altibajos emocionales de Manuel comenzaron a tener impacto en el agravamiento de la dermatitis sobre su piel. Así lo comenta él mismo, indicando: “La dermatitis también se basa en lo emocional. Dependiendo de cómo uno se sienta, puede brotar o no la enfermedad. A medida que el tiempo pasaba, la enfermedad iba aumentando. Llegó a un punto en que me salía agua de la piel, había veces que literalmente amanecía todo mojado por pus, por como brotaban todas mis heridas, y era muy incómodo. Me sentía como si no pudiera hacer nada. Me sentía como un inválido”, recordó el joven castreño.
Noelia, por otro lado, comenta que el inicio de la enfermedad en su piel también comenzó a temprana edad: “yo tengo dermatitis atópica severa y asma. Recuerdo que empezó de forma severa hace como 4 o 5 años y empezó con pequeñas manchas que casi no se veían. Empecé colocándoles cremas tópicas, es decir corticoides, y terminaron creciendo y agravándose hasta llenar más de la mitad de mi cuerpo”, afirma la adolescente, quién además desde pequeña practica ballet y sufría complicaciones por sus heridas y manchas, así como también vio marcados los inicios de su juventud ante la imposibilidad de realizar prácticas como utilizar maquillaje o ropa que expusiera su piel.
Respecto a todas las consultas y terapias que exploraron a lo largo del tiempo para tratar la dermatitis de Noelia, su madre, Patricia Caces, comentó: “tratamientos, montones. Médicos, montones. Yo la llevé a todas partes, la Noelia ha recorrido un montón de dermatólogos, y la verdad es que nada hacía efecto y cada vez, fue peor. Hasta que llegó a los 12 años y comenzó esta dermatitis severa. Entonces empezamos con otros tratamientos, cuando las cremas ya no hacían nada, probamos todo. Y así ingresé al Hospital, ingresamos con la doctora Pardo que fue la que nos hizo la fototerapia, con lo que estuvimos un año, antes de que empezáramos con los medicamentos biológicos que está tomando ahora”.
El alivio a flor de piel
El médico dermatólogo Dr. Cristian Pinto, junto a los usuarios del Policlínico de Dermatología del Hospital de Castro, Noelia y Manuel.
La inmunoterapia es la alternativa que, a la fecha, ha sido la única manera de detener la picazón incesante y generación de heridas en la piel de Manuel y Noelia. El equipo de dermatólogos del Hospital de Castro, compuesto por el Dr. Cristian Pinto y la Dra. Elsa Pardo, decidió apostar por este tratamiento biológico que tiene poco más de una década de existencia, y que en Chile comenzó a probarse hace tan sólo 3 años.
En relación a esta terapia, el Dr. Cristian Pinto comenta que “este tratamiento es una molécula nueva, que tiene aproximadamente unos once años desde que se empezaron a probar en Estados Unidos y en Chile está siendo probado desde hace unos 2 a 3 años. Y esta molécula, que se llama inmunoterapia, tiene nombres muy específicos, donde nosotros acá ocupamos moléculas muy pequeñas que se llaman inhibidores JAK. Estos inhibidores fueron desarrollados de forma artificial en un laboratorio internacional y están aprobados en Chile para el tratamiento de la dermatitis atópica y, algunos, para la psoriasis.”
El especialista del Hospital de Castro agregó además que “estas moléculas trabajan en la patogénesis de la enfermedad, ósea donde se inicia el proceso inflamatorio de la dermatitis atópica. Y por qué es importante esto, porque nosotros lo que tratamos actualmente son los síntomas de la dermatitis atópica: que la inflamación, el rascado, el eritema, la coloración rojiza, el prurito que es muy intenso, pero nunca habíamos tenido la posibilidad de tratar la patogénesis, y esta molécula efectivamente fue inventada para eso.”
Respecto a cómo se logró dar con este tratamiento, el Dr. Pinto relata que “no habíamos visto esta posibilidad hasta que, personalmente, un día fui a una charla en Santiago y noté que esto era la solución para estos pacientes. Ahora, cuál era el filtro de este problema, era el costo del medicamento”, afirmó el médico, indicando además que el periodo de los tratamientos puede variar entre los 6 meses a un año, dependiendo de la evolución y tipo de molécula que se utilice de acuerdo a las patologías y condiciones clínicas del paciente.
De acuerdo a lo que consigna Alejandra Muñoz, químico farmacéutico y representante del Comité de Farmacia del Hospital de Castro, con la venia de la dirección del recinto se ha logrado financiar el tratamiento a los primeros 5 pacientes con dermatitis atópica severa y psoriasis durante este 2024, significativa inversión que varía de acuerdo al tipo de molécula que se utilice para abordar la terapia en cada uno. Entre ellos, el tratamiento farmacológico con Upadacitinib, Dupilumab o Abrocitinib bordean los $500.000 pesos mensuales, mientras que el Risankizumab abarca un valor de $5.000.000 por el tratamiento completo.
En cuanto a los efectos de la inmunoterapia en Noelia tras su primera aplicación hace más de 6 meses, su madre comentó que “el cambio, cuando empezó el tratamiento, fue a los tres días. A la tercera pastilla, la Noe dejó de rascarse, que fue maravilloso, ese día nosotros saltábamos y decíamos no puede ser, a la Noe ya no le picaba la piel. Y de ahí todo lo que vino después, fue todo bueno. Es decir, al mes ya no tenía heridas, ya no se rascaba, tenía su piel relativamente sana, y hoy en día quedan un par de manchas. La doctora Pardo me dio un medicamento para eliminar esas manchas y en eso estamos, pero de verdad que fue mágico.”
Asimismo, Manuel Riquelme, padre de Manuel, comenta que “hasta el año pasado que se postuló a este remedio, el Dr. Pinto junto con la Dra. Pardo hicieron esta propuesta para ayudarlo a él, para poder obtenerlo. Se logró eso y de verdad que pasaron dos semanas y el cambio fue inmenso, o sea, sus heridas no estaban, su picazón tampoco, entonces eso fue muy gratificante para mí. Hoy en día yo lo veo con su piel sana, ya puede dormir en las noches, ya no tiene esa alergia, está yendo al gimnasio. Hoy en día yo lo veo feliz. Lo que hicieron acá se agradece, porque realmente le cambió la vida a él y nos cambió la vida a nosotros como padres.”
Según lo que indican ambas familias, el cambio no sólo significó una mejoría en el aspecto, picazón y lesiones en la piel de los jóvenes, sino que también en sus estados de ánimo y vida en general. Así también lo reafirmó Manuel al mencionar que “hasta el año pasado más o menos, que fue cuando me suministraron este remedio, a las dos o tres semanas ya no tenía nada. Fue súper extraño al principio para mí el sentir que no tenía ninguna herida, no tenía picazón, no me sentía irritado. Eso me ayudó mucho a elevar el ánimo, a hacer otras cosas, correr, andar en bicicleta, ayudó muchísimo a mejorar mi ánimo y mi calidad de vida. Así que sin duda alguna fue una experiencia que yo desearía que le pasara a más gente, para que ellos puedan ver que con ayuda todo se puede, se puede llegar a ser feliz”.
Esta estrategia de gestión, relativa a proporcionar terapias de especialidad a pacientes del Hospital de Castro, forma parte del compromiso del centro asistencial por posibilitar el acceso a usuarios de la provincia de Chiloé a tratamientos de vanguardia para la resolución integral de sus patologías, contribuyendo significativamente en su calidad de vida.
Comunicaciones Hospital de Castro – miércoles 21 de agosto del 2024.